7 jul 2008

Canal 13 parece no creer en el perdón de los pecados

Triple estándar doble X

La actitud de Canal 13 era esperable, pero resulta incongruente para aquellos que entendemos que los principales valores cristianos tienen que ver con la tolerancia, la compasión y el amor al prójimo. Acaso no es más importante enriquecernos con la diversidad de la experiencia humana, antes que aplicar excomuniones y expulsiones para tranquilizarle la consciencia a los más remilgados. ¿Acaso la mejor amiga de Cristo no era una prostituta redimida?.


A diferencia de los cristianos normales y corrientes, Canal 13 parece no creer en el perdón de los pecados (o por lo menos de algunos pecados). Así no más tiró la primera piedra y despidió a uno de los galanes de "Amor ciego 2" por haber participado en una película porno, alegando que había ocultado información importante sobre su pasado laboral.

Comprensible, porque si Esteban Venegas hubiese colocado esa información en el currículum, no habría ni cruzado la puerta de la estación católica. Un doble estándar que sorprende, para un canal capaz de rebajar al amor a la categoría de premio de concurso, de aguantarle variados deslices a sus figuras más conspicuas y de convertir la vanalidad y los valores torcidos en material para ganar sintonía.

Por lo demás, achacarle el mote de galán porno a Venegas por actuar en una película triple X, equivale a decir que Sergio Lagos es músico porque sacó un disco, o que Marcelo Barticiotto es cantante porque aulló una vez en la Quinta Vergara.

Pero por supuesto, Canal 13 tiene un límite, que es donde termina la espalda. Qué importan los espectáculos patéticos y las manipulaciones arteras a las que son sometidos los grupos de voluntarios siempre dispuestos al show. Qué importa que el género televisivo que les ha sido tan favorable en los últimos años -el reality concurso- provoque y exponga las actitudes humanas más detestables como forma de ganar sintonía. Tampoco importan las acusaciones de violencia, de tongo, de farsa.

Una vergüenza, porque la situación de Venegas revela públicamente algo que vivimos todos cada vez que postulamos a algún trabajo, pedimos un préstamo o solicitamos algún beneficio: la discriminación. Por gordos, por chicos, por no tener contactos, porque no tenemos "buena presencia" o porque ejercimos alguna vez alguna profesión poco honrosa, los chilenos somos víctimas constantes del prejuicio en un país que se dice mayoritariamente católico, pero que poco practica sus valores.

Y a pesar de que Venegas no cometió ningún crimen su pasado lo condena. En esto, la actitud de Canal 13 era esperable, pero resulta incongruente para aquellos que entendemos que los principales valores cristianos tienen que ver con la tolerancia, la compasión y el amor al prójimo. Acaso no es más importante enriquecernos con la diversidad de la experiencia humana, antes que aplicar excomuniones y expulsiones para tranquilizarle la consciencia a los más remilgados. ¿Acaso la mejor amiga de Cristo no era una prostituta redimida?.

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