19 jun 2008

¿Para qué sirven?

Gonzalo Vial

Los canales 13 y 7 son como el Transantiago, heridas que se sufren todos los días y a las cuales —precisamente por ser cotidianas— la gente termina acostumbrándose, y deja de reclamar.

Ambos dicen tener finalidades superiores, no las de un canal privado y comercial. Pero no se les nota, en absoluto.

El Canal 13, por ejemplo, pertenece a la Iglesia Católica. No me hablen de una corporación independiente, ni de la Universidad Católica. La corporación es 100% propiedad de la Universidad, y la Universidad 100% propiedad de la Iglesia.

Pero el 13 no refleja en nada el catolicismo de sus dueños, la concepción católica de la religión, la moral o la vida.

Las teleseries propias del canal y las envasadas transmiten, sin ningún contrapeso, enfoques de la existencia amorales, hedonistas e individualistas que destruyen, insidiosa pero efectivamente, todo lo que la Iglesia enseña. Ah, pero su próxima teleserie es la de un hombre convertido en mujer y su ''confidente'' femenina ("El Mercurio", 11 de agosto).

No tiene el canal programas que lo diferencien —que permitan a alguien sospechar, siquiera, que es católico— salvo microprédicas de cinco minutos en horarios vergonzantes.

No aborda con seriedad —cuya primera condición es darles el tiempo que necesitan—, ni siquiera en debate con quienes tengan opiniones distintas, ninguno de los problemas actuales que interesan a la Iglesia y sus fieles. ¿Vieron Uds. en Canal 13, a su momento, un programa importante sobre el proyecto y ley de divorcio? ¿Han visto alguno, hoy, sobre la píldora del día después, o el aborto, o el ''salario ético'', o las conclusiones a que llegó la asamblea episcopal celebrada en Brasil con asistencia del Papa?

No, nada de eso. Pero sí el debut del estelar ''top'' del canal. Su símbolo —un personaje, excelentemente actuado, retrato homofóbico de un homosexual— dijo, entre risotadas del público, que una animadora y su pareja, sorprendidos días antes por unos paparazzi, ''debían apagar la luz y correr las cortinas para hacer sus cochinaditas''.

Una niña de la farándula bailó koala con un invitado desprevenido (menos mal que no era parlamentario), y otra que tal inició un striptease. Anteayer, me parece, leí en "El Mercurio" que el canal pondría fin a un programa matutino, de esos dedicados a que un ''juez'' solucione casos concretos, y que pueden (sólo ''pueden'') tener cierto valor y utilidad.

¿Motivo? Comparado con la competencia, era el último en el rating de la mañana.

¿Reemplazo? Farándula.

¿Para qué le sirve todo esto a la Iglesia, a sus fieles, e incluso a los no creyentes que esperen un nivel distinto y superior en la TV católica?

¿Y qué decir del Canal 7, el ''Nacional''?

Estratégicamente, se jacta de superar a los demás en el rubro ''cultura'', lo cual incluso puede ser cierto, por aquello del tuerto rey en el país de los ciegos.

Pero lo primero que hacen verdaderamente importante en materia de difusión cultural, la serie de Raúl Ruiz ''La recta provincia'', la relegan a las 23.15 horas. ''No me extraña (dice la protagonista, gloria del teatro nacional). Les debe haber dado susto mostrar una historia interesante en un horario más popular. En la televisión tienen acostumbrada a la gente a las historias tristes y vulgares, y las cosas buenas y culturales siempre las desplazan''

¡Y son sólo cuatro episodios!

En cambio, acaba TVN de tener un gran ''éxito''... e inicia otro.

—El ''éxito'' recién terminado, ''Alguien te mira'', fue simplemente una serie de morbo y terror más.

Dice una crítica: ''El detective Carvajal y sus boys parecían sacados de una escena de «¿Dónde está el policía?»..." ("La Segunda", 17 de agosto). De esta clase de películas o series hay tres o cuatro diarias en el cable.

Las declaraciones del medio televisivo sobre el ''éxito'' han estado a su altura. El descuartizado: ''La motosierra es monstruosa, es para botar árboles, ¿cachái?''. El director ejecutivo de TVN: ''La idea no es que el sicópata termine como Aníbal Lecter viviendo en Las Bahamas, PORQUE SERIA ENVIAR UNA ERRATICA SEÑAL DE IMPUNIDAD''

¡Las ''señales éticas'' del Canal 7 a los sicópatas!

—Y ahora hace partir otro ''éxito''... «Cárcel de Mujeres». En el primer episodio, una gendarme que recibe coimas y practica violentas revisiones genitales de las reclusas (comienzo ), y escenas lesbianas (fin). ''Sensacionalismo'', ''excesiva crueldad''—dice una crítica de "El Mercurio" (17 de agosto)—. Pero no alarmarse, agrega, son sólo los ''ganchos''.

Las reclusas santiaguinas y la Gendarmería, con justa razón, se molestaron. El presidente de TVN se indignó ante la molestia. La serie nada tiene que ver con las reclamantes, aclararía, es una ficción. Y la ven ''millones de chilenos'', igual que ''Alguien te mira'' ("El Mercurio", 19 agosto).

De nuevo la pregunta clave: ¿para qué sirve Canal 7? ¿Por qué se le llama ''Nacional''?

Es del Estado, o sea, de todos los chilenos. Este semestre, el primero en rating . Gasta seis mil millones de pesos anuales, para producir la misma utilidad que genera el cuarto canal en rating con menos de la mitad del gasto ("El Mercurio", 19 de agosto). El objeto teórico del Canal 7 es elevar el nivel de la TV chilena. ¿Cómo lo hace? Con ''éxitos'' de sicópatas, decapitaciones, descuartizamientos, y anticlimáticos finales de ''¿Dónde está el policía?''. O de revisiones genitales y ataques lesbianos en las cárceles. Con ''ganchos'' y ''señales'' para los posibles sicópatas...

El presidente de TVN lo tiene claro. Lo importante es cuánta gente ve todos estos esperpentos, no lo que los esperpentos sean o muestren.

Para eso el Estado tiene una inversión y hace un gasto gigantesco.

Termino reiterando lo que he dicho muchas veces. Sólo canales subsidiados pueden producir televisión distinta y de un nivel superior al de la TV comercial. Pedirle la Iglesia al Canal 13, o el Estado al 7, que cumplan sus VERDADERAS funciones sin subsidio del dueño, es pedirles la cuadratura del círculo.

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