30 sept 2007

La mujer de hierro de la TV



Es la primera vez que un "rostro" del Canal 13 llega a ocupar la dirección ejecutiva. Los pocos que han llegado al escritorio de "Don Eleodoro", como aún le dicen con veneración a este cacique que dirigió Canal 13 por décadas, eran personas de afuera.
Nadie había estado en los pasillos, ni en la sala de prensa, ni escribiendo guiones, ni reporteando, ni coordinando equipos...
Nadie había sido plebeya y reina al interior del canal. Pero sobre todo, nadie había estado en pantalla por años, como Memé Ducci. Y ahora llegó al mismísimo escritorio de Eleodoro Rodríguez.Se ve cómoda allí. Instala un iPod con su música.
Mira en pantallas planas lo que ocurre en todos los canales. Agregó una mesa con sillas transparentes frente al ventanal para mirar el atardecer, que efectivamente es magnífico desde ese tercer piso de Inés Matte Urrejola, y allí se sienta y sirve un té con jengibre en vasos japoneses.
Es como si en estos meses se hubiera instalado en cuerpo y alma. Como si los cincuenta y tantos años le dieran la serenidad que se requiere para ejercer el poder sin sobresaltos. Porque esta periodista, además de ser rubia y de ojos azules, lo que en sus primeros tiempos debe haberle servido mucho, es aterradoramente aguda. Maneja todos los hilos sin levantar la voz. Habla en limpio, suavemente, con gran sonrisa, pero sin perder el enfoque. Aun cuando es espontánea, muestra una inteligencia sin estridencia.–Recuerdo muy bien las veces que tuve que esperar aquí afuera, con las piernas que me tiritaban, haciendo antesala para hablar con don Eleodoro.Y ahora sonríe.
Está contenta de estar ahí. No se ve agitada, a pesar de que deben ser múltiples las presiones sobre su espalda. Y reconoce que, para ella, nunca había sido tan bueno el momento para asumir este cargo, porque no tiene marido –está separada hace muchos años de Arturo Fontaine Talavera–, y sus dos hijos –Arturo, de 24 años, y Héctor, de 22–, estudian música en Boston.
"JAMÁS SE ME PASÓ POR LA MENTE"
Estudió en el colegio Jeanne D'Arc.
Era la sexta de nueve hermanos, hijos del famoso médico de la época, Héctor Ducci, quien murió muy joven e inesperadamente. Y su madre, Isabel Budge, tuvo que continuar la educación de estos niños que tenían muchas aspiraciones. Para ello hizo todo tipo de trabajos: vendía cosas, cocinaba, hasta que logró que todos fueran profesionales destacados, partiendo por el cardiólogo Héctor Ducci Budge, que siguió los pasos de su padre.
Pero la casa grande de Antonio Bellet en Santiago no era una casa rica. Vivían con mucha modestia y ese esfuerzo los marcó desde siempre. Mercedes tenía siete años cuando falleció su padre. Por lo tanto, la austeridad forma parte de su vida.
Y, posiblemente, marcó también su ambición.Le gustaba cantar. Más bien todavía le gusta, porque mientras bajamos las escaleras para la foto, ella va cantando. Cuando adolescente tenía un conjunto con otras amigas de colegio, y estando en Quinto Año de Humanidades fueron al Canal 13. Quedó obnubilada por las luces y la inmediatez del medio.
Decidió estudiar Periodismo en la UC. Pero su mamá le dijo que ella no se lo podía financiar. Entonces empezó a buscar trabajo. En segundo año respondió a un aviso en el diario para ser coordinadora de TVN. Tenía 18 años y entró a la tele.
Hasta el día de hoy.
–Llegué al Canal 13 el año 1990, por lo tanto he estado en cada etapa del proceso de hacer programas, conozco los equipos, las reuniones, he grabado en los estudios...Lo conozco bien por dentro.–Y ahora está sentada al otro lado de la mesa...
–No sé si al otro lado. Yo creo que estamos todos del mismo lado. Una de mis misiones fundamentales aquí, la cual hace tan apasionante este cargo, es la posibilidad de gatillar todo el talento que hay en Canal 13. Además estamos viviendo una coyuntura de expansión muy grande, nos estamos transformando en una casa editorial que produce contenidos para múltiples plataformas. Y es que en la era digital la pantalla ya no está sólo en la casa, sino también en el celular, en el auto, en el computador, en la micro, en el trabajo. Ese nuevo escenario nos da la posibilidad de expandir nuestra capacidad de crear contenidos. Eso me apasiona: gatillar un espiral creativo con todo el talento que hay aquí adentro.
–¿Por qué aceptó este cargo? Si tomamos en cuenta que se estaba retirando de la cosa ejecutiva y sólo quería seguir con su programa Contacto...
–Jamás plantee las cosas de esa manera. Después de dos años muy intensos en la dirección de programación, estaba colaborando como asesora. Me hallaba en el mejor de los mundos, en una posición en la que se participa en la toma de decisiones sin asumir el costo de la ejecución, que tiene un montón de malos ratos; y además con la posibilidad de mirar el canal desde afuera y así pensarlo.
–¿Qué pasó, entonces?
–Bruscamente, me llega esta oferta y me saca del terreno de lo previsible. Pero me hizo sentido.
–¿Por qué estaba tan fuera de su plan, si desde los 18 años que escala paso a paso en todos los cargos de un canal de televisión?
–Siempre que asumí un rol ejecutivo lo hice porque sentí que era importante lo que había en juego. Yo me consideraba una persona de televisión, en el sentido de que era feliz cuando tenía las manos en la masa. Me gusta el oficio, editar, musicalizar, me gustan las imágenes, los textos... la verdad es que nunca me sedujo en sí la carrera ejecutiva. Pero estar en roles ejecutivos es lo que permite que se hagan cosas que uno considera importante hacer.
–En abril de este año la llamó el rector de la UC, Pedro Pablo Rosso, y le ofreció el cargo de directora ejecutiva del Canal 13. ¿Lo sospechó un poco antes?
–Jamás... No se me pasó por la mente. (Lo dice casi silenciosamente.) Era un día especial. Yo estaba iniciando la grabación de un videoclip de la banda en que están mis hijos. Era un proyecto que habíamos soñado juntos y como en ese momento estaban en Chile, decidimos grabar los videos de sus canciones. Estábamos con los iluminadores y todo el equipo, cuando sonó el teléfono... Íbamos a trabajar hasta las 12 de la noche, pero a la 3 paramos a almorzar y yo me fui a hablar con el rector. Ahí me pidió que me hiciera cargo de la dirección ejecutiva, inicialmente por un tiempo. Al salir, me pareció increíble cómo cambian los planes. Tenía abierto ante mis ojos un camino nuevo.
–Hubo una crisis en el consejo, el paso de Fernando Coloma a Patricio del Sol. Usted representaba un camino de continuidad entre ambos, porque era el único nombre de consenso.
–No creo que fuera el único. Sin embargo, yo era de la casa, pero a la vez estaba mirando el canal desde afuera. Nunca he tenido diferencias de fondo con la universidad, por el contrario, tengo estándares afines y además sé hacer televisión. Por eso me confiaron el desafío de conciliar lo editorial con lo televisivo.
–El 2 de mayo asumió. Hace casi cinco meses. ¿Le gusta estar aquí?–Sí, mucho. Tiene sentido estar aquí, especialmente en este momento. Hay mucho camino por hacer. Es un momento muy importante de la industria, mucho más competitivo, pero también lleno de posibilidades.
–¿Le gusta lo que sale al aire por las pantallas de Canal 13?
–Por supuesto. Hay cosas que podemos hacer mejor, y esa es la misión que tenemos. El hecho de que haya una insatisfacción de la audiencia constituye una gran oportunidad para intentar cosas nuevas. Hay dos formas de hacer televisión: una es ver lo que está dando resultado y hacer más de lo mismo. Otra, a partir del conocimiento de las audiencias, es apostar por algo que sea un aporte. Y a eso, ponerle tan buena factura, tanta creatividad, tanto oficio, que sea irresistible para el público. Es la experiencia de Héroes. Ahí se buscaron buenos directores, se les dio libertad creativa, buen nivel de producción... y el público respondió.
–¿Y le gusta como está Contacto sin usted? ¿No está exagerando su crudeza?
–Me gusta la conducción de Iván Valenzuela. En cuanto a contenidos, este año giró hacia una agenda de fiscalización pública. Contacto cumple una función fundamental en la sociedad. Hay una gran necesidad de saber de verdad lo que pasa y ver los rincones que están oscuros. Ahora, desde el punto de vista editorial del Canal 13, de nuestro compromiso con la independencia y el pluralismo, es absolutamente indispensable que haya un periodismo que tenga interlocución con los poderes. ¡Y vaya que la tiene! Cuando el periodismo hace investigación en serio y responde por lo que dice es una garantía para los ciudadanos, y el público así lo aprecia.
EL RATING Y LA CALIDAD
–Monseñor Errázuriz acaba de hacer, en el Tedeum, una crítica a los medios de comunicación. ¿Cómo se vive en este escritorio esa relación con la Iglesia Católica?
–Monseñor Errázuriz está estableciendo una aspiración válida para todos los medios.Yo concuerdo con la inspiración de humanización de la sociedad que la Iglesia plantea. También creo que con los graves problemas que enfrentamos en nuestra época es vital el empoderamiento de las personas, que son quienes tienen la capacidad de mejorar el entorno y de crear soluciones. En ese sentido los medios tenemos una responsabilidad en los estados de ánimo que contribuimos a crear: una sociedad desempoderada, que sólo ve sus dramas y falencias es muy vulnerable.
–Hay que reconocer que es más difícil dirigir un canal católico que uno laico. ¿O no?
–Claro que es difícil. Pero no sé si más difícil que en otros canales, ya que todos tienen un dueño, y cada dueño tiene su complejidad. Nosotros tenemos la demanda de no perder plata y de hacer una televisión de calidad, que dentro de las demandas que puede hacer un dueño es la más estimulante. (Sonríe como en su mejor momento en pantalla.)
–Hay pocos programas del 13 entre los diez primeros con más rating... ¿No les preocupa?
–Todos los que estamos aquí hemos llegado con mucho esfuerzo al 13. A todos nos ha gustado que este canal sea líder, que sea importante para el país, que se identifique con la calidad y la innovación. Lógicamente no es un canal que se contente con decir que nos fue mal en rating. No nos gusta. Por lo tanto, la aspiración es combinar rating y calidad. Yo siempre he creído que es compatible. Siempre.
"ASPIRO A QUEBRAR PARADIGMAS"
Como su relación con el rector es fluida y directa, esto podía ser complicado para el nuevo Consejo, cuya misión es hacer de intermediario entre la universidad y el canal. Sin embargo, al parecer no ha sido así. Porque ella, que es muy diplomática, le da al César lo que es del César... Asegura que le interesa escuchar y entender muy bien lo que espera el rector respecto del canal, pero que su reporte directo es al Consejo.
–Este es un modelo bastante parecido al que tienen otros importantes medios de comunicación en Chile. Estamos trabajando bien. El aporte del Consejo es muy valioso y Patricio del Sol ha creado con Sergio Cavagnaro y conmigo una relación muy directa, pero a la vez muy respetuosa y con una disposición muy positiva.
–¿Por qué despidió a Patricio Hernández, con quien trabajó mano a mano durante años?–
Desde mi llegada, Patricio había puesto su cargo a mi disposición y volvió a hacerlo poco antes de mi nombramiento. Nosotros ya habíamos trabajado juntos y tengo un gran aprecio por su capacidad, su inteligencia y su talento. Pero en el inicio de esta nueva fase teníamos percepciones distintas y nos estaba costando actuar como un equipo afiatado. Por eso, tuve que asumir que era mejor aceptar su renuncia. Sé que es parte de las decisiones que un puesto como éste involucra.
–Sergio Cavagnaro, el gerente general, tiene mucho poder. ¿Hay dos cabezas en este canal? ¿Quién manda a quién?
–Hay dos cargos que son equiparados: la dirección ejecutiva, que es responsable de la marca y de los contenidos y la gerencia general, comandando la gestión. Son cosas absolutamente complementarias porque finalmente lo que constituye el producto del canal es el contenido y el mejor contenido se logra hacer cuando hay eficiencia, y cuando los recursos se pueden usar para realizar buenos proyectos.
–Sus antecesores duraron como dos años cada uno en este cargo. ¿A eso aspira?
–Mira, el canal tiene estructuras y misión que le permiten seguir funcionando más allá de quien esté a cargo. Por supuesto me gustaría tener tiempo para llevar adelante nuestro proyecto. Ahora, yo entiendo que la estabilidad no es una condición del medio ni del cargo. (Suelta una carcajada).
–¿Y qué quiere hacer durante su tiempo –el que sea– en Canal 13?
–Aspiro a quebrar algunos paradigmas, como la tensión entre creatividad y eficiencia, o entre televisión comprometida con valores versus éxito comercial. Espero culminar profesionalmente lo que ha sido el sello de mi carrera: hacer una televisión masiva de calidad, con convicción y significado. Eso no se encuentra en una TV netamente comercial, pero tampoco en una TV de nicho, sólo para elites.
Por lo tanto a mí me gustaría poder hacer dos cosas: ayudar al canal a transitar hacia la era digital y paralelamente hacer potente y más patente la creatividad y la calidad en pantalla.
"Esto significa estar sintonizados con el Chile de hoy, un país que ha experimentado enormes cambios. Ese Chile en que el 60 por ciento de las personas que viajaron en avión este 18 lo hacía por primera vez... Y donde la responsabilidad personal, las opciones propias, el acceso a nuevas experiencias, están cambiando las expectativas de las audiencias y nos exigen seguirlas en su evolución".

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