24 may 2007

¡Suicidio o asesinato de imagen?


Fecha de publicación: 24-05-2007

Por Francisco Castillo, periodista, profesor universitario.
Nunca antes una personalidad de tanto renombre se ha expuesto en los medios de comunicación en la forma como se hizo con Cecilia Bolocco.
Ni personas vinculadas a la realeza (Diana de Gales, Stefanía de Mónaco) la política internacional (John Profumo) o el deporte local (Marcelo Ríos) fueron retratadas y publicadas en escenas de alcoba como le sucedió a la ex Miss Universo. Tampoco Hugh Grant y Mel Gibson, actores de Hollywood, sorprendidos con una prostituta el primero y manejando ebrio el segundo.
Cecilia fue fotografiada en la propia terraza de su chalet de verano en Miami intimando con el italiano Enzo Marocchino.
El paparazzi chileno Ángel Mora captó las tórridas imágenes y las vendió a la prensa. El escándalo que se desató fue mayúsculo.
La diva confirmó la pérdida de su matrimonio y puso en grave riesgo su presente profesional. Todo lo descrito usted lo sabe. Lo que sigue es una tesis.
Levantada por la propia víctima de este “asesinato de imagen”. Según se ha divulgado, Cecilia ha dicho que es víctima de una maquinación.
No ha dicho aún de qué tipo. Es de esperar que no diga, como otros envueltos en líos morrocotudos, que se trata de una “columna de humo para tapar el Transantiago”. Mientras tanto, ¿quiénes son los paparazzi? Fotógrafos que tratan de registrar “inmoralidades”, en lo posible, de personas que debieran tener conducta irreprochable.
Qué mejor para ellos que un famoso tenga sexo (o casi) en público. El fotógrafo de escándalos está para hacer su pega. No para sacar fotos de matrimonios; más bien para despedidas de soltero. O sea, Ángel Mora hizo lo que tenía que hacer, dentro de lo que se espera haga un individuo que se gana el pan de esa forma.
Pero otro es el análisis que debieran hacer los que publican este material.
¿Para qué están los medios de comunicación?
¿Para informar y, a través de eso, crear opinión pública, y ganar dinero?
¿Sólo para ganar plata?
¿Sólo para influenciar?
¿No está de por medio algún interés altruista?
Ha habido revistas, diarios y canales de televisión chilenos que han divulgado y comentado las escenas sin reparos, causando sin duda un dolor irreparable a la actual conductora de TV y a su familia.
Eso es a todas luces reprochable.
Lamentablemente, la ex reina de belleza no midió las consecuencias de sus actos. Su intimidad fue literalmente violada. Le asesinaron la imagen. Es cierto. Pero también es verdad que de alguna forma jugó a la ruleta rusa, que concluyó en un suicidio de imagen.

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