La mano que mece la cuna
Quién haya dicho que tras todo gran hombre hay una gran mujer, debió haber estado viendo Canal 13. Que la estación de la UC esté hoy tan buena no es sólo gracias a la redentora gestión de su director ejecutivo, Enrique García. Desde mucho antes viene la mano de Mercedes Ducci, esta visionaria ejecutiva -sin vocación de rostro a pesar de su carisma televisivo- tan elegante y encantadora, que sería injusto decir que está hecha de vulgar hierro.
El programa Contacto logró un récord histórico de 45,4 puntos de sintonía, en un año en que la competencia por el rating nocturno del martes ha sido particularmente fiera. Sin embargo, el éxito del consolidado espacio de reportajes no es la única carta de presentación de su conductora, uno de los personajes más influyentes de la industria televisiva local.
No en vano, escribir sobre Mercedes Ducci no está exento de complicaciones. De hecho, un par de llamadas preguntando por este artículo son la prueba de ello. Que un par de solicitudes de entrevista fueran rechazadas no es de extrañarse, ya que jamás ha sido un misterio que la profesional es reacia a concederlas, puesto que procura mantener un bajo perfil.
TEMPLE DE ACERO
Difundida ha sido la historia de la numerosa familia Ducci Budge. El padre, Héctor Ducci Claro, fue un médico de prestigio internacional que murió muy joven, por lo que su viuda, Isabel Budge, debió luchar por sacar adelante sola a sus nueve hijos. Los ocho sobrevivientes -una de las hijas mayores murió en un accidente de tránsito- son ahora destacados profesionales y artistas.
Para financiar sus estudios de periodismo en la Universidad Católica, Mercedes Ducci entró a trabajar de asistente a TVN.
Hizo sus estudios de postgrado en España, donde obtuvo una beca. Mercedes Ducci ya trabajaba en TVN, pero tras la suspensión de beneficios de parte de ese canal, don Eliodoro Rodríguez -entonces director de Canal 13- decidió prestarle dinero para el viaje.
Posteriormente siguió perfeccionándose en Estados Unidos y, al regresar a TVN en 1982, tendría su programa propio.
Tras ocho exitosas temporadas en el canal estatal, ‘Memé’ Ducci emigra a Canal 13 a fines de 1990.
Su llegada marca controversia, ya que a la larga significará la desintegración del equipo del fallecido Hernán Olguín, cuyos programas de reportajes -la inolvidable serie Mundo- gozaban de gran prestigio entre la teleaudiencia. En cambio, el tono más magazinesco de Temas -antecedente obvio de Contacto- hacía aparecer al proyecto de la Ducci, como un espacio más light y de menor contenido.
Sin embargo, los conflictos entre los dos programas de reportajes pasaban más por un asunto de duplicidad periodística que por un problema de coexistencia.
Para 1992, Mercedes Ducci empieza a consolidarse en su casa televisiva. Contacto se enriquece con parte de los periodistas de Mundo, demostrando ya uno de los talentos que ahora se le reconocen a la profesional: formar y administrar equipos.
Ex colaboradores coinciden en que “sabe exactamente qué talentos aprovechar de cada persona, y así pone a la gente adecuada en el lugar adecuado”. También borra cualquier comentario malintencionado de que ella había llegado con todo su equipo de TVN, en desmedro de la gente del 13. De hecho, no sólo se fijó en el staff de Hernán Olguín. Por ejemplo, una de las primeras periodistas de Contacto, Carmen Gloria López -encargada del área infantil de TVN-.
El esplendor y abundancia de Canal 13, que reinaba con absoluta primacía, no iba a durar para siempre. Con el repunte de TVN y la llegada de la TV privada, la hegemonía comenzó a caer lentamente.
Mucho antes de que la crisis económica y programática se hicieran patentes en el canal católico, Ducci aplicó criterios de racionalización a la producción del programa. Así, por ejemplo, se convirtió en norma que si un periodista hacía un viaje, no lo haría para un solo reportaje, sino que para dos o incluso cuatro.
EL TEMPORAL
Tras asumir la dirección ejecutiva, Rodrigo Jordán le entregó a Mercedes Ducci la misión de reestructurar un área tan vital como Prensa.
Sin embargo, en su cargo de directora de Programas Informativos, se topó con “mucha resistencia de gente que venía trabajando con esquemas súper antiguos”, comenta una fuente entonces cercana a ella. Otra añade que “la gente de Prensa se asustó muchísimo por lo que podía significar el cambio que venía y empezaron una campaña interna de desprestigio a la Memé”.
Sin embargo, la fallida experiencia del Centro de Noticias no puso en riesgo la continuidad de Mercedes Ducci en el canal. Cuando en la rectoría de la Universidad Católica, Pedro Rosso reemplazó a Juan de Dios Vial, se asumió que Rodrigo Jordán no podía durar mucho tiempo más como director ejecutivo, “pero con la Memé nunca nos planteamos algo así, porque sabíamos que sus credenciales eran de experiencia.
Sin ella, perdían a un líder de opinión, y a nivel ejecutivo, era alguien que tenía conocimiento cabal de la industria televisiva”.
El nuevo director ejecutivo del canal, Jaime Bellolio, la confirma como directora de Proyectos Especiales. Sin embargo, su identificación con la administración Jordán parece pasarle la cuenta a Mercedes Ducci. Esta vez, en el nuevo Consejo Asesor. De hecho, se habrían producido roces con Silvia Pellegrini y Gloria Stanley. Las amenazas por convivencia llegan al punto de que Pellegrini se reuniría con los periodistas de Contacto -sin Ducci- para explicarles su teoría de que “a veces la verdad era inoportuna” y que no era el momento de abordar determinados temas políticos, de derechos humanos o reconciliación nacional.
“GENTE DE LA MEMÉ”
Pero no habría mal que durara 100 años, al igual que la crisis económica y de sintonía de Canal 13. El proceso de recuperación que parte el año pasado con el nombramiento de Enrique García en la dirección ejecutiva, tiene también en un rol protagónico a Mercedes Ducci. Directora de Procesos Creativos y Programación, es el más alto cargo creado por la nueva administración para ella y, actualmente, a nadie extraña que otras tareas de alto nivel sean ejercidas por “gente de la Memé”, como es el caso de la gerente de producción, Patricia Undurraga, o el editor general del área de reportajes, Patricio Hernández.
Se dice que ella habría llevado como asesor al canal a Enrique García, quien provenía del ámbito publicitario. “Detectar a un personaje que dentro de la industria y sin estar metido en la TV sea capaz de levantar un canal”, no les extrañaría a quienes conocen y admiran “el ojo de la Memé”. Y aunque obviamente no le atribuyen la designación, sí creen que una opinión suya pudo haber sido decisiva.
No en vano, escribir sobre Mercedes Ducci no está exento de complicaciones. De hecho, un par de llamadas preguntando por este artículo son la prueba de ello. Que un par de solicitudes de entrevista fueran rechazadas no es de extrañarse, ya que jamás ha sido un misterio que la profesional es reacia a concederlas, puesto que procura mantener un bajo perfil.
TEMPLE DE ACERO
Difundida ha sido la historia de la numerosa familia Ducci Budge. El padre, Héctor Ducci Claro, fue un médico de prestigio internacional que murió muy joven, por lo que su viuda, Isabel Budge, debió luchar por sacar adelante sola a sus nueve hijos. Los ocho sobrevivientes -una de las hijas mayores murió en un accidente de tránsito- son ahora destacados profesionales y artistas.
Para financiar sus estudios de periodismo en la Universidad Católica, Mercedes Ducci entró a trabajar de asistente a TVN.
Hizo sus estudios de postgrado en España, donde obtuvo una beca. Mercedes Ducci ya trabajaba en TVN, pero tras la suspensión de beneficios de parte de ese canal, don Eliodoro Rodríguez -entonces director de Canal 13- decidió prestarle dinero para el viaje.
Posteriormente siguió perfeccionándose en Estados Unidos y, al regresar a TVN en 1982, tendría su programa propio.
Tras ocho exitosas temporadas en el canal estatal, ‘Memé’ Ducci emigra a Canal 13 a fines de 1990.
Su llegada marca controversia, ya que a la larga significará la desintegración del equipo del fallecido Hernán Olguín, cuyos programas de reportajes -la inolvidable serie Mundo- gozaban de gran prestigio entre la teleaudiencia. En cambio, el tono más magazinesco de Temas -antecedente obvio de Contacto- hacía aparecer al proyecto de la Ducci, como un espacio más light y de menor contenido.
Sin embargo, los conflictos entre los dos programas de reportajes pasaban más por un asunto de duplicidad periodística que por un problema de coexistencia.
Para 1992, Mercedes Ducci empieza a consolidarse en su casa televisiva. Contacto se enriquece con parte de los periodistas de Mundo, demostrando ya uno de los talentos que ahora se le reconocen a la profesional: formar y administrar equipos.
Ex colaboradores coinciden en que “sabe exactamente qué talentos aprovechar de cada persona, y así pone a la gente adecuada en el lugar adecuado”. También borra cualquier comentario malintencionado de que ella había llegado con todo su equipo de TVN, en desmedro de la gente del 13. De hecho, no sólo se fijó en el staff de Hernán Olguín. Por ejemplo, una de las primeras periodistas de Contacto, Carmen Gloria López -encargada del área infantil de TVN-.
El esplendor y abundancia de Canal 13, que reinaba con absoluta primacía, no iba a durar para siempre. Con el repunte de TVN y la llegada de la TV privada, la hegemonía comenzó a caer lentamente.
Mucho antes de que la crisis económica y programática se hicieran patentes en el canal católico, Ducci aplicó criterios de racionalización a la producción del programa. Así, por ejemplo, se convirtió en norma que si un periodista hacía un viaje, no lo haría para un solo reportaje, sino que para dos o incluso cuatro.
EL TEMPORAL
Tras asumir la dirección ejecutiva, Rodrigo Jordán le entregó a Mercedes Ducci la misión de reestructurar un área tan vital como Prensa.
Sin embargo, en su cargo de directora de Programas Informativos, se topó con “mucha resistencia de gente que venía trabajando con esquemas súper antiguos”, comenta una fuente entonces cercana a ella. Otra añade que “la gente de Prensa se asustó muchísimo por lo que podía significar el cambio que venía y empezaron una campaña interna de desprestigio a la Memé”.
Sin embargo, la fallida experiencia del Centro de Noticias no puso en riesgo la continuidad de Mercedes Ducci en el canal. Cuando en la rectoría de la Universidad Católica, Pedro Rosso reemplazó a Juan de Dios Vial, se asumió que Rodrigo Jordán no podía durar mucho tiempo más como director ejecutivo, “pero con la Memé nunca nos planteamos algo así, porque sabíamos que sus credenciales eran de experiencia.
Sin ella, perdían a un líder de opinión, y a nivel ejecutivo, era alguien que tenía conocimiento cabal de la industria televisiva”.
El nuevo director ejecutivo del canal, Jaime Bellolio, la confirma como directora de Proyectos Especiales. Sin embargo, su identificación con la administración Jordán parece pasarle la cuenta a Mercedes Ducci. Esta vez, en el nuevo Consejo Asesor. De hecho, se habrían producido roces con Silvia Pellegrini y Gloria Stanley. Las amenazas por convivencia llegan al punto de que Pellegrini se reuniría con los periodistas de Contacto -sin Ducci- para explicarles su teoría de que “a veces la verdad era inoportuna” y que no era el momento de abordar determinados temas políticos, de derechos humanos o reconciliación nacional.
“GENTE DE LA MEMÉ”
Pero no habría mal que durara 100 años, al igual que la crisis económica y de sintonía de Canal 13. El proceso de recuperación que parte el año pasado con el nombramiento de Enrique García en la dirección ejecutiva, tiene también en un rol protagónico a Mercedes Ducci. Directora de Procesos Creativos y Programación, es el más alto cargo creado por la nueva administración para ella y, actualmente, a nadie extraña que otras tareas de alto nivel sean ejercidas por “gente de la Memé”, como es el caso de la gerente de producción, Patricia Undurraga, o el editor general del área de reportajes, Patricio Hernández.
Se dice que ella habría llevado como asesor al canal a Enrique García, quien provenía del ámbito publicitario. “Detectar a un personaje que dentro de la industria y sin estar metido en la TV sea capaz de levantar un canal”, no les extrañaría a quienes conocen y admiran “el ojo de la Memé”. Y aunque obviamente no le atribuyen la designación, sí creen que una opinión suya pudo haber sido decisiva.
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